El otro día compramos un bonito de un kilo y medio en la pescadería. En esta época están muy bien de precio, y aparte es un pescado azul muy sano y con una carne exquisita.
La idea era hacer un marmitako, pero teníamos de sobra para hacer también otro plato improvisado.
- Bonito.
- Tomate natural triturado.
- 1 Cebolla.
- Orégano.
- Sal.
- Pimienta.
- Pimientos asados.
- Ajos.
Preparación:
Cortamos el bonito en trozos de bocado, también se puede enharinar y freír, dándole mas cuerpo al guiso, o bien como lo hice yo crudito, sin freír.
Nuestra pescadera no ha limpiado el pescado, le dijimos que nos sacase los lomos y nos diera las espinas y la cabeza para algún caldo aunque he de deciros que no es el pez mas indicado para hacer fumet.
Manos a la obra, limpiamos de piel y espinas y sacamos estos magníficos lomos del bonito.
Troceamos y listo para nuestro guisote.
Luego añadimos a la cebolla tomate natural triturado y los dejamos conocerse durante unos minutos, para darle el aliño de pimienta y orégano.
Con el tomate bien calentito pero sin hervir para no manchar la cocina, añadimos el bonito en trozos, bajamos el fuego al mínimo (o incluso lo apagamos) y vamos moviendo la cazuela para que se haga bien.
Aparte teníamos un bote de pimientos asados, que cortamos en trocitos y sofreímos junto con unos ajos, para echarlo todo por encima al guiso ya terminado, dándole un par de vueltas ¡et voilá!.
Sin ninguna demora lo llevamos a le mesa y tras una ensalada de rigor nos comemos esta plato glorioso sin más acompañamiento que un buen pan crujiente y un buen tinto del país (el que nos guste, nosotros lo tomamos con un rioja alavesa pero seguro que también ligará con amor un buen albariño, todo esto según gustos, claro).
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